El mar está cabrón, azuzado por viento de 4º cuadrante ( Windguru dixit y nosotros atestiguamos…). Hoy es Mar, macho cabrío con más peligro que una bolsa de golosinas a la puerta de un colegio. ¿Para qué madrugar? tal vez con el objeto de sentir ese frescachón contra el pecho de un paisano que no se arredra ante nada; pero que recula a la cueva entre granitos para salvarse de el mega chubasco que ahora llega…en fin que hoy no es la benévola y femenina Mar, que mece nuestros sueños y aclara las pupilas.
Y los lances, con dos bemoles, pero con la desatención cotidiana que las lubinas muestran por este tramo de costa. Recogida, comprobando que la chaqueta Scierra que compré va de maravilla y las botas Seland funcionan perfectamente. Es que soy un desastre y precisaba una renovación de vestimenta protectora, que todo loo tenía raído, miserable.
Ahora a contemplar el muro de cinco metros que se avecina, quizá soñando con los ojos en blanco, y acariciando un combinado en el bar de enfrente…