En los lugares de siempre, con mar robalero y compartiendo horas con un buen compañero. Compartir esta instantánea, que no se da todos los días, que las lubinas son muy suyas y nos llevan por el camino de la perdición. Por cada roballiza que ahí cuelga hay muchos capotes, muchas horas de hombros desvencijados y mucho riesgo para el pellejo. Y la foto no enseña las sueltas que se hacen, que son muchas. Somos una especie en extinción y las lubinas por ahí andarán. '¡Haya salud...!"
↧