Cunado probé, ya en un lejano año 2008, mi primer SLS 17, ya supe que estaba ante un señuelo que marcaría una época. Disfruté mucho, pues me acercó robalos que hasta entonces estaban fuera de mi alcance. Tardé muchas lunas en ver un desperfecto, con lo que me demostró la calidad de resinas y componentes internos. De hecho hasta la fecha solo recuerdo haber roto un labio y una unidad por la mitad y un par de ellas con problemas en STM. Un bagaje increíble, habida cuenta de que fue -y es- un señuelo titular durante años, y no he reparado en gastos…
Todo lo que, en forma de copia low cost, viene saliendo al mercado, ha confirmado mis impresiones acerca de la calidad del slim de Daiwa. Pero he ido justificando el uso de estos “clones” (o para ser más exactos, en muchos casos inspirados en original) sobre la base de argumentos tan contundentes como el bajo precio. Pero al final, tras haber probado casi todo lo que ha ido apareciendo, en mi macuto solo hay SLS 17 (sobre todo la versión S) originales, tal es la confianza en este artificial depositada.
Pese a la pereza inicial -y sobre todo el escepticismo- no me he sustraído a la curiosidad de probar el denominado Crack 175 SS (YKR). ¿Y si de verdad funciona, y es eficaz y resistente?
La esperanza es lo último que se pierde, y es un dicho que no admite dudas. Porque la fe en este minnow la he perdido enseguida. Bastaron dos lances con una accidentada recuperación sobre unos bajíos para ver cómo un golpe -en todo caso nada enérgico- hace estallar la resina. Una raja, que seguro es responsable del bloqueo del pistón principal (incorpora un STM con doble túnel, como el SLS 17)
Vídeo:
Como se ve en foto adjunta, el STM es típico de doble pistón cilíndrico que discurren sobre un eje o guía. La varilla es de alambre muy dócil, demasiado soft y aquí está el problema. Si comparamos con la robustez del material empleado en la varilla que monta un SLS encontramos parte de la explicación.
De tres unidades compradas, una ya invalidada. Es para desistir definitivamente. Trece euros perdidos…
Y no me respondáis que es casualidad, no, que llevo mucho tiempo en este mundillo. Conozco bien la mala calidad de las resinas empleadas en las fábricas. Porque a fin de cuentas, el fabricante ajusta en precio. Si pretendemos un señuelo chino dotado de policarbonato del mayor módulo, de un STM elaborado a base de piezas de primer nivel, y un diseño técnicamente impecable, al final el precio se irá de madre. Y entonces es seguro que nos entrará la racional duda ante un señuelo oriental que ya no es tan low cost (aunque de verdad sea muy bueno y efectivo), y vamos a preferir la marca japonesa de garantía (aunque fabrique en esas mismas empresas de Weihai, pero con estándares de calidad nipona), ¿a que sí? En fin, un tema ya muy trillado que no precisa más retórica.
Llegados aquí, este Crack ya me parece muy caro. Porque visto el resultado inicial, el dinero desembolsado me parece una exageración. Vuelvo a retomar aquellas viejas conversaciones como en el caso de modelos como el Satya 180, con el que tuve similar desencuentro, todo hay que decirlo.
El Crack 175 SS es pesado. En principio comprobamos cómo los pistones se mueven bien. El peso, junto a un apoyo trasero de aire consigue llevar al slim a distancias muy elevadas. De hecho puede superar a top como el Flyer 175 y el SLS 17 F-G (7 gramos más ligeros). Está muy cerca o quizá supera al mommotti 190 y al SLS 17 S-G.
Pero esto es con ayuda, pues ante el viento lateral o frontal sale muy perjudicado (aunque este es un defecto que siempre tuvo el SLS 17 F-G, muy corregido en la versión S). Pero lo he comparado con el SLS Z 140 LD S y aquí no hay lugar para la duda. Estoy hablando de un minnow mucho más ligero, pero con un STM increíblemente bueno. En todos los lances, el Z frente a viento es infinitamente superior en trazado y estabilidad. EL Crack sale mal, desvirtuado en X y no alcanza esas prestaciones.
Para rematar, la acción es débil, sin carácter a baja velocidad. A velocidades altas (una F-1,5 del Certate 4000) mejora, con un W&R ortodoxo, pero nada comparable al enérgico y “mágico” del SLS 17.
Así que ya lo tengo catalogado, para uso eminentemente sobre base de arena sin obstáculos, preferentemente con vientos de ayuda y sometido a jerking (si lo pretendemos mover a baja velocidad)
Demasiados requisitos, al menos para mi forma de pescar. Me recuerda demasiado al Satya y similares. Creo que voy a descansar una temporada en lo relativo a los anállisis técnicos de estos formtatos. Ya no me aportan nada nuevo, ni en sensaciones ni estímulo.